En el partido político de izquierda marxista español Podemos se sostenía que «si en España sólo votase la gente menor de 45 años, Iglesias ya sería presidente del Gobierno». El edadismo fue un término acuñado por Robert Butler en la década de los 60 para referirse a los estereotipos y prejuicios existentes en relación con la edad.
Las sucesivas faltas de respeto hacia los mayores han destapado una realidad: en el mundo se desarrolla una sociedad que rinde culto a la juventud y a los mayores se les arrincona y desprecia.
El mensaje de el Quijote
«Y aun me maravillo yo –dijo Sancho– de como vuestra merced no le subió sobre el vejote y le molió a coces todos los huesos y le peló las barbas, sin dejarle pelo en ellas.
–No, Sancho amigo –respondió don Quijote–, no me estaba a mí bien hacer eso, porque estamos todos obligados a tener respeto a los ancianos, aunque no sean caballeros, y principalmente a los que lo son y están encantados. Yo sé bien que no nos quedamos a deber nada en otras muchas demandas y respuestas que entre los dos pasamos».
Este desprecio denunciado por Cervantes lo vemos a diario especialmente en las redes donde se desprecia las valiosísimas aportaciones de intelectuales como la de Fernando Savater, entre otros.
Las faltas de respeto a los envejecientes son solo la punta del iceberg. Mientras avanzan, imparables, las corrientes identitarias y gran parte de la sociedad se muestra especialmente sensible a cualquiera de ellos, ya sea por motivos de raza, de orientación sexual, de creencias religiosas, nacionalismos o intolerancias por modas, las actitudes prejuiciosas hacia las personas de la tercera edad parecen socialmente aceptadas y hasta institucionalizadas. Mientras muchos pueblos indígenas siguen respetando a sus ancianos como seres valiosos que aportan, practican y mantienen sabiduría, experiencia y espiritualidad, en nuestra realidad de modernidad social, hay en desarrollo un culto a la juventud, donde se les arrincona y desprecia.
Lo fuerte
En los años 60 del siglo XX surgió el término «edadismo», que hace alusión a la discriminación por razones de edad. Muchos de los que discriminaban en ese tiempo hoy sufren de sus enseñanzas y, como rueda inexorable, los que hoy hacen sufrir mañana serán víctimas de sus prácticas.
La OMS
En 2021, la OMS publicaba un informe mundial sobre el edadismo, destacando la necesidad de abordar el problema como «esencial para crear un mundo más igualitario en el cual se respeten y se protejan la dignidad y los derechos de cada ser humano».
El edadismo tiene consecuencias graves y de gran alcance para la salud, el bienestar y los derechos humanos y supone costos de miles de millones de dólares para las sociedades, y cómo comporta para las personas mayores «una peor salud física y mental, un aumento del aislamiento social y la soledad, una mayor inseguridad económica, una reducción de la calidad de vida y una muerte prematura». Propone tres líneas estratégicas para reducir el edadismo: leyes y políticas que luchen contra ello, una labor educativa que aborde los prejuicios y estereotipos generacionales, y el contacto intergeneracional.
Nefasta propuesta en España
En círculos políticos españoles se discute la propuesta de eliminar el derecho a voto a los 70 años. Sostienen las corrientes que defienden la medida que, a cierta edad, nuestros mayores están mucho menos preocupados por los problemas de nuestra sociedad y es probable que no sufran las consecuencias a largo plazo de las decisiones políticas que se tomen en el presente, que los jóvenes.
En 2016 la secretaria de Análisis Político del partido político de izquierda marxista español Podemos, Carolina Bescansa, sostenía que «si en España sólo votase la gente menor de 45 años, Iglesias ya sería presidente del Gobierno». Bajo esa afirmación lo que se revela es la prejuiciosa idea de que el voto de las personas mayores obstaculiza el avance social. Ellos nunca llegaran a viejo…
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