Benito Mussolini se dirigía al pueblo de Italia: “Camisas negras de la revolución, hombres y mujeres de toda Italia, italianos y amigos de Italia allende de los montes y de allende de los mares, escuchadme:
El mariscal Badoglio telegrafía: Hoy, 5 de mayo, a las 16 horas, a la cabeza de las tropas victoriosas, he entrado en Addis-Abeba”.
Soldados italianos en Etiopía.
Soldados italianos en Etiopía.

En el transcurso de treinta siglos de su historia, Italia ha vivido muchas horas memorables, pero la de hoy es ciertamente una de las más solemnes. Yo anuncio al pueblo italiano y al mundo que la guerra ha terminado. Anuncio al pueblo italiano y al mundo que la paz ha sido restablecida.

No sin emoción y sin orgullo, y después de siete meses de terribles hostilidades, pronuncio esta gran palabra, pero es estrictamente necesario que añada que se trata de nuestra paz, de la paz romana, que se expresa por esta simple, irrevocable, y definitiva proposición: Etiopía es italiana.” (*)

En la segunda mitad de los años 20, Mussolini comenzó a imaginar la creación de un imperio africano que otorgase a Italia el papel de gran potencia colonial. La propaganda fascista alentaba el deseo de dominio del Mediterráneo a la manera en que lo había hecho la Antigua Roma. Italia ya había conquistado parte de LibiaEritrea y Somalia, pero lo que hacía especialmente apetecible a Abisinia (Etiopía), era el no estar cubierta por zonas desérticas y ser susceptible de una intensa explotación económica.

Haile Selassie a su llegada al exilio, en Jerusalén
Haile Selassie a su llegada al exilio, en Jerusalén.

El 3 de octubre de 1935, sin previa declaración de guerra, el ejército italiano penetró en Abisinia, contando con la oposición del Reino Unido, la tibieza de Francia y el total apoyo de Alemania. El emperador Haile Selassie intentó infructuosamente oponerse a los invasores.

La Sociedad de Naciones impuso sanciones a Italia en noviembre. Mussolini respondió con la salida de la delegación italiana de dicho organismo. Las sanciones, sin embargo, no llegaron a tener efecto y, de hecho, fueron retiradas el 4 de julio de 1936.

La débil reacción de las potencias democráticas y el apoyo de Alemania animaron al dictador italiano a consumar la conquista del territorio. El moderno ejército motorizado del general Pietro Badoglio destruyó completamente al ejército abisinio. Haile Selassie se vio obligado a abandonar la capital Addis Abeba, que cayó en manos italianas el 5 de mayo de 1936.

Tras la conquista de Abisinia, Mussolini proclamó el nacimiento del Imperio Italiano, del que también formaría parte el Dodecaneso griego (perteneciente al Imperio Turco, y ocupado por Italia en 1912). En 1939 invadió Albania.

(*) Benito Mussolini. La doctrina del fascismo, artículo de la Enciclopedia Italiana

FUENTE

Fotos fuentes externa

Foto principal: Mussolini y Hitler

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