Mientras que Estados Unidos lleva décadas investigando los objetos voladores no identificados, David Grusch, antiguo agente de los servicios de inteligencia, aseguró ante una comisión del Congreso en Washington que los estadounidenses poseen un ovni y “restos” (no humanos).
David Grusch, antiguo agente de los servicios de inteligencia estadounidenses

¿Estamos solos en el universo? Esta pregunta se plantea con mucha frecuencia en Estados Unidos, donde el miércoles 26 de julio un comité del Congreso estadounidense escuchó a un antiguo oficial de inteligencia de las fuerzas aéreas que lleva varios meses afirmando que su país ha recogido los restos de un ovni (objeto volador no identificado) estrellado y lo está ocultando al público.

Aunque David Grusch -que ahora se describe a sí mismo como “denunciante”- dice basarse en testimonios de oficiales superiores que le han proporcionado fotografías, documentos oficiales y testimonios cubiertos por el secreto, en realidad no presenta pruebas tangibles, alegando que esta información permanece clasificada.

Sin embargo, el Comité de Supervisión de la Cámara de Representantes (el principal comité de investigación de la Cámara de Representantes de Estados Unidos) anunció una audiencia especial sobre lo que el Gobierno estadounidense prefiere llamar “fenómenos anómalos no identificados (FANI)”.

A principios de este año, un documento de la Oficina del Director de Inteligencia Nacional (ODNI) hizo balance de los informes sobre ovnis recogidos en los últimos años, e informó de un número récord de avistamientos. Según la ODNI, desde principios de 2021 se han remitido al ejército unos 366 informes sobre ovnis (frente a los 144 de 2003 a 2021).

Levantar el velo del secreto

No estamos solos en el universo y las autoridades ocultan pruebas de la existencia de extraterrestres, entre ellas los restos de un objeto no identificado, declaró este 26 de julio David Grusch, asegurando estar “absolutamente” convencido de que Estados Unidos posee un ovni.

“En el ejercicio de mis funciones, me enteré de que existía un programa (…) para recuperar los restos de un avión no identificado y analizarlo”, con el fin de comprender su funcionamiento. “Tomé la decisión, basándome en los datos que había recogido, de informar a mis superiores y a varios miembros de la Inspección General y convertirme en denunciante”.

Junto a él, otros dos hombres fueron llamados a la audiencia: David Fravor, excomandante de la Marina, y Ryan Graves, expiloto de la Marina que informó de múltiples “encuentros” experimentados por varios pilotos durante vuelos de entrenamiento. “Si (los ovnis) son drones alienígenas, es un problema urgente de seguridad nacional; si son otra cosa, es un problema para la ciencia”, dijo. “En cualquier caso, los objetos no identificados son un problema de seguridad de vuelo”.

En abril, Sean Kirkpatrick, jefe de la oficina del Pentágono encargada de investigar estos fenómenos y los riesgos que suponen para la seguridad nacional, aseguró que no se había detectado ningún indicio de actividad extraterrestre.

La oficina “no ha detectado ninguna prueba creíble de actividad extraterrestre, tecnología no terrestre u objetos que desafíen las leyes de la física”, declaró.

Sin embargo, el Gobierno estadounidense sí se toma en serio estos fenómenos, y la NASA pidió recientemente mayores esfuerzos para estudiarlos científicamente, al igual que el Pentágono, preocupado por posibles actividades de espionaje chino.

“¿Me está diciendo que hay un millón de seres humanos en el aire en todo momento -con teléfonos móviles que pueden hacer fotos y vídeos- y ninguno de nosotros ha obtenido imágenes más claras de estas supuestas naves extraterrestres?”, bromeó el astrofísico Neil deGrasse Tyson, entrevistado el pasado febrero por el medio estadounidense Voice of America.

Décadas de observación, sobre todo militar

Históricamente, por ser fuente de preocupación para la seguridad nacional estadounidense, los ovnis -el primero de los cuales, en su forma contemporánea, fue observado en 1947 por el piloto Kenneth Arnold- han sido objeto de investigaciones y estudios.

Entre 1947 y 1969, las Fuerzas Aéreas estadounidenses registraron más de 12.600 avistamientos de ovnis en el marco del proyecto “Libro Azul”.

El proyecto, que registraba señales inexplicables comunicadas en particular por pilotos de aviones militares y civiles, se interrumpió después de que un estudio de la Universidad de Colorado concluyera que no había pruebas de que los ovnis procedieran de otros planetas y que la mayoría de los avistamientos podían explicarse por fenómenos naturales.

Pero el estudio no puso fin al interés por los ovnis. En 1995, el empresario Robert Bigelow creó el Instituto Nacional para el Descubrimiento de la Ciencia (National Institute for Discovery Science), una organización de investigación privada, para debatir la posibilidad de vida extraterrestre.

Una serie de casos desconcertantes

Hasta 2017, los informes y las investigaciones se realizaron en secreto para el público en general, que finalmente entró en escena cuando el New York Times reveló la existencia del “Programa OVNI” del Pentágono.

En julio de 2020, el científico Ravi Kopparapu y el astrobiólogo Jacob Haqq-Misra, ambos trabajando para la NASA, escribieron en la revista Scientific American sobre la necesidad de revisar las conclusiones del informe que puso fin al Proyecto Libro Azul, argumentando que “más allá de los aviones militares y los extraños patrones climáticos, todavía hay una serie de casos verdaderamente desconcertantes (de fenómenos anómalos no identificados) que podría valer la pena investigar”.

En junio de 2021, la Oficina del Director de Inteligencia Nacional publicó su “evaluación preliminar” de los avistamientos de ovnis entre 2004 y 2021. El informe sugería que los fenómenos anómalos no identificados podían clasificarse en cinco categorías probables: tráfico aéreo, fenómenos naturales, programas de desarrollo aeroespacial, naves extraterrestres y una “categoría general” denominada “otros”.

Un año más tarde, la NASA anunció la creación de un programa de estudio independiente para abordar la cuestión desde un punto de vista científico e identificar la información que podría analizarse a partir de los datos en posesión de civiles, el gobierno, empresas y otras organizaciones.

En un informe del DNI de junio de 2023, se mencionaba la cifra adicional de 510 avistamientos de ovnis, de los cuales 171 seguían sin explicación. Fue por aquel entonces cuando David Grusch presentó un informe de denuncia en el que afirmaba que el Gobierno estadounidense estaba en posesión de “vehículos intactos y parcialmente intactos”, así como de los restos (no humanos) de sus operadores. Pero sin aportar ninguna prueba.

“Insto a que dejemos a un lado el estigma y abordemos el problema de seguridad y protección que representa este tema”, dijo Ryan Graves en su comparecencia del miércoles. “El pueblo estadounidense merece saber lo que ocurre en nuestros cielos. Hace tiempo que debería haberse hecho”.

Texto por: Pauline Rouquette

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